martes, 7 de julio de 2009

Maria y Matilde.

Acabo de levantar la vista del libro.El hombre que venía caminando lento, como haciendo tiempo, se ha detenido en la casa de enfrente.Está mirando hacia la galería.Es que ha hecho un hallazgo:dos mujeres juegan al ajedrez.

Juegan todas las tardes.Se entusiasman tanto, que juegan a los gritos.Por éso me enteré que se llaman Maria y Matilde.Son muy distintas.María es coqueta, impulsiva ; Matilde es muy tímida.En el estilo de juego también difieren.Mientras María arriesga casi sin pensar, Matilde se concentra para cada jugada.Solo se parecen en la forma de gritar los movimientos, tanto, que yo los puedo seguir uno a uno, cuando tengo la ventana abierta como ahora.

Ahí empiezan una partida.¡Cómo chilla Maria porque le ha tocado salir con blancas a Matilde! Enseguida ésta grita:

-¡P4R!

Maria responde:

-¡Yo también P4R!

-¡C3AD! Grita Matilde.

-¡C3AD! contesta Maria.

-¡A5C y no te copies! dice Matilde.

-¡A5C y yo muevo lo que quiero...!

Y siguen moviendo y gritando:

-¡C5D!. ¡CR2R!

-¡P3A!.¡P3TD!

-A4T!. ¡P4CD!

-¡A3C!.¡C4T!

-¡AxD! ¡Uy!¡Qué mala jugada!, se queja Maria.¿Puedo hacer otra?

-¡No!¡ Pieza tocada, pieza jugada! Ahora me toca a mi.

-¡C6A!¡Jaque!, dice Matilde.

-¡PxC! ,juega Maria y está perdida.Efectivamente:

-¡AxP!¡Mate!

Empiezan a guardar las piezas...Ya están gritando otra vez:

-¡Se cayò una pieza!

Las dos buscan por el suelo.El hombre que las estaba mirando, cruza la calle y al verme comenta:

-¡Qué escándalo! ¡Qué manera de hacer una partida, gritando las jugadas! Y bueno, el ajedrez no es cosa de mujeres.Sin darme tiempo para contestar, siguió su camino.

No me dió tiempo para decirle que mis vecinas Maria y Matilde, son ciegas y que gracias a su forma ruidosa de jugar se han convertido en propagandistas del juego ciencia en todo el barrio.

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