Billy se tapó hasta los ojos y su papá le apretó las cobijas a los costados del cuerpo para que no le entrara frío.
-¡Un cuento papá! pidió Billy , destapándose la boca y volviéndose a tapar.
El papá accedió y se sentó en el borde de la cama.
-Había una vez, dos cerditos..(Pensaba acortar el cuento por eso dijo dos) .
Billy gritó:
-¡Son tres, papá! y se volvió a tapar.
-Cierto, me habia olvidado.Bueno, había una vez tres cerditos que se fueron por el mundo a buscar fortuna.(Billy satisfecho, sonrió debajo de las cobijas).
-El primero encontró un hombre que llevaba una brazada de paja y le dijo:Buen hombre, dame esa paja para construir mi casa.El hombre se la dió y el cerdito construyó su casa.
-¡Pero después llegó el lobo! acotó Billy, abriendo grandes los ojos.
-Si, dijo el papá, poco después llegó el lobo y llamando a la puerta gritó:
-¡Uy! dijo Billy y miró para la puerta del dormitorio para ver si aparecia el lobo.
-¡Cerdito, cerdito, déjame entrar.dijo el lobo.Pero el cerdito respondió:
-¡No, por las barbas de mi barba!
-Entonces soplaré, soplaré y tu casa derribaré! replicó el lobo y sopló,sopló ...derribó la casa y se comió al cerdito.
-¡Pobrecito! ...lloriqueó Billy.
-¡Calma,Billy, o no sigo! dijo el papá acomodándole otra vez las cobijas.Billy se conformó un poco y se quedó quieto mirando al papá.Este siguió:
-El segundo cerdito encontró un hombre que llevaba un haz de ramas y le dijo:
-Buen hombre, dame esas ramas para construir mi casa.
El hombre se las dió y el cerdito construyó su casa.Pero pronto llegó el lobo.
(Billy se cuidó de intervenir, pero sintió pánico).
-El lobo golpeó la puerta y gritó:
-¡Cerdito, cerdito, déjame entrar!
-¡No, por las barbas de mi barba!
-¡Qué suerte, papá que vos no tenés barba! Interrumpió Billy, acariciándole la cara...
-¡Chist! dijo el papá y siguió:
-El lobo dijo:¡Me hincharé, soplaré y tu casa derribaré! Y se hinchó, sopló, derribó la casa y se comió al cerdito.
Billy sintió repugnancia en el estómago, vió sangre toda roja, pero obediente, no dijo nada.
El papá contó la última parte:
-El tercer cerdito encontró un hombre que llevaba una carga de ladrillos y le dijo:Buen hombre, dame esos ladrillos para construir mi casa.El hombre se los dió y el cerdito construyó una casa tan sólida como ésta.....Llegó el lobo y dijo:¡Cerdito, cerdito, déjame entrar!
-¡No, no, por las barbas de mi barba!
-¡Bueno, me hincharé, soplaré y tu casa derribaré!...
Sopló, volvió a soplar y no pasó NADA.Volvió a soplar y...tampoco.No pudo derribar la casa.Entonces, se metió por la chimenea con la intención de entrar y comer al cerdito.Pero éste habia sido previsor y lo estaba esperando con una gran olla de agua hirviendo ,y cuando el lobo bajó por la chimenea, cayó dentro de la olla.Una vez que estuvo cocinado, el cerdito lo comió.
El papá dió por terminado el cuento .Besó a Billy y se fue sin hacer ruido.De todos modos, Billy no lo hubiera escuchado.Se habia quedado dormido antes del final.
-¿Dónde está papá?, preguntó Billy al dia siguiente.
-Cariño, papá murió, fue la respuesta.
Billy no entendió.¿Qué quería decir morir?
A partir de esa noche, empezó a comprender.Papá murió ,queria decir que papá ya no estaría para contarle cuentos a la noche...Pero también se le daba por pensar:¿No se lo habrá comido el lobo? Y miraba debajo de la cama para ver si el lobo hubiera dejado olvidada alguna parte de su papá...
Billy se cansó de jugar con los primos.Empezó a preferir jugar solo con los autitos.No necesitaba a nadie para estar bien,feliz.Si estaba feliz, solo.Ni a la mamá necesitaba.Bueno, en realidad, ella no estaba casi nunca. Salía mucho.
-¡Billy,nos mudamos!Vamos a otra ciudad.¡Empacá tus cosas! Vas a ir a otra escuela...Conocerás otros chicos.Te hará bien.Estás muy hosco, le dijo la mamá.
Se mudaron.Billy empezó a ir a otra escuela, pero no la pudo soportar.Tenía que saludar, contestar cuando le preguntaban algo, hacer lo que la maestra indicaba.Los chicos no lo querían.Le hacían muecas.Ël se ponía nervioso, y les pegaba.Llegaron a tenerle miedo y lo dejaron solo.Actuaban como como si no estuviera, como si no existiera.
En realidad, no sufria mucho por esta situación.Le gustaba y no le gustaba al mismo tiempo.Era algo así como cuando se mordia la muñeca derecha en el lado de adentro , donde se notan bien las venas.Si se clavaba los dientes bien fuerte, le dolía pero al mismo tiempo le daba placer.Después de morderse, besaba la marca de los dientes.Le gustaba esa sensación.Empezó a faltar a la escuela.No por enfermedad, sino porque no quería ir.
-¡Este chico es mi pesadilla!,repetia la madre.
Cuando se dió cuenta que ella pensaba casarse otra vez, la odió.Era un odio que le venia desde muy adentro y le salia por los ojos.¡Si hub iera podido pedirle un beso! Pero la sentía lejos...¡Que se vaya!¡No la quiero!
A la noche, le venía el arrepentimiento de lo que pensaba durante el dia y lloraba.¿Y si como castigo, el monstruo que dormia debajo de la cama lo comía?Muchas veces la mañana lo encontraba insomne, desencajado.Una de esas mañanas, la madre, acobardada, sentenciö:
-¡Bueno, no vas más a la escuela!La fecha de mi casamiento se acerca y quiero un poco de tranquilidad.Más adelante veremos.
Billy empezó a quedarse solo en la casa.Conoció una serie nueva de miedos: la campanilla del teléfono, el timbre de la puerta de calle, y muy especialmente,el agua del inodoro.Cuando veía correr el agua, le daba miedo de c aerse adentro y perderse por las cañerías.
También le tenía miedo al canario que estaba en la jaula.¡Un dia de estos le abria la puerta para que se fuera...
Dejó de ir al parque y de hacer mandados.Seguro que detrás de un árbol saldría una bruja para hacerle daño o un perro rabioso se aprontaba para caerle encima y morderlo.
A Billy le hacían poco regalos pero un dia su tia:
-¿Es posible que te llegue a gustar ésto?
Era un juego de ajedrez.Billy sintió enseguida que iba a gustarle.
-¡Los que juegan al ajedrez sion raros o un poco locos!, dijo su madre.Pero él ya habia toado una decisión:aprendería a jugar.
Con el juego de ajedrez, Billy conoció la felicidad.Jugó bie.Muy bien.Llegó a destacarse.Fue un ajedrecista genial.Pero eso no cambió su forma de relacionarse con la gente.
-Los que hoy me busca-dijo una vez-mañana me abandonarán.Mejor no los tomo en cuenta.Llega el momento en que todos se van o se mueren.
En uno de los últimos torneso que jugó, antes que sus miedos recrudecieran, un grupo de admiradores lo persiguió para estrecharle la mano, para manifestarle cariño.Pero el huyó con la camisa al viento como un poseído.Al darse vuelta para calcular la distancia que lo separaba de ellos, no vió hombres sino una juría de lobos ansiosos de morderlo.
Esa noche, fue la última que se lo vió en público.A partir de entonces, se encerró en su casa y no recibió a nadie.Desconectó el teléfono y el timbre.Finalmente, estaba solo..."como siempre quise vivir"...
Asi fue hasta aquel dia en que, tomando un libro para reproducir esa variante que lo habia hecho famoso, al querer mover un peón, no recordó cómo se movía. Miró las otras piezas, y tampoco supo qué hacer.Entonces, llevó a la práctica lo que tenía proyectado por si esa ocasión llegaba: fue a la cocina, cerró todo, abrió el gas y esperó hasta que se hubiera esparcido suficiente...se djó estar...
Cuando al reponerse en el hospital, preguntó :
-¿Quienes me recataron?, se enteró que habían sido los vecinos.
-¿¡Mis vecinos!?¡Pero si no me trato con ellos!
-Es para que lo piense,¿No le parece?